Plástico versus otros materiales en la industria alimentación

Desde un punto de vista medioambiental, cambiar el plástico por otros materiales no siempre es positivo. La percepción generalizada es que el plástico es más contaminante que otros materiales, pero hay que tener en cuenta que los procesos de generación de cada una de las alternativas requiere de grandes cantidades de agua o energía.

En la industria de la alimentación los materiales más utilizados son el cartón, el plástico, el aluminio y el vidrio. 

El plástico ofrece una combinación única en cuanto a los beneficios que puede ofrecer para el sector de la alimentación: durabilidad, seguridad, higiene en el envasado de alimentos, peso ligero y flexibilidad en el diseño, entre otros. El problema radica en la falta de técnicas de reciclaje que, dadas las múltiples combinaciones de distintos materiales, hacen que el proceso sea complejo e intenso en mano de obra. Los envases de PET, reciclado y reciclable, ofrecen una gran alternativa a la mayoría de los materiales utilizados en el sector.

El cartón es ligero y reciclable, pero se rasga fácilmente, y su uso como envase se limita a alimentos secos, ya que para poder contener líquidos se debe recubrir con una capa de film que lo invalida para su reciclaje posterior, por la incapacidad para separar los distintos materiales.

La producción de papel y cartón requiere una cantidad relativamente grande de agua en su proceso de producción, pero es cierto que procede naturalmente de los árboles, renovables y bajo un control más estricto que las fuentes fósiles.

Los metales son buenos materiales para el envasado de alimentos. Son rígidos y duraderos, y brindan una protección superior para muchos productos alimenticios.

PLÁSTICO VERSUS OTROS MATERIALES en la industria alimentación

Al igual que los plásticos, en los envases de alimentos se utilizan muchos tipos diferentes de metales, siendo el más común el aluminio. Los envases de aluminio son rígidos, resistentes, y adecuados para muchos alimentos, ya sean secos o húmedos.

La principal desventaja es que el coste del aluminio es mucho mayor que el del plástico, y es propenso a la corrosión si no tiene capas de protección. El aluminio es fácilmente reciclable, pero para producir metal y aluminio se requieren altas temperaturas, lo que hace que el proceso de producción consuma mucha energía.

Por último, el vidrio es otro de los materiales populares para el envase de alimentos, y de los más antiguos. Es uno de los materiales más inertes en contacto con alimentos y se puede utilizar para envasar cualquier cosa, ya sea seca, húmeda o incluso ácida. Tiene muchas ventajas, como su higiene o rigidez, además de no ser corrosivo, pero puede romperse fácilmente y es más caro y pesado que el plástico. 

Medioambientalmente, el vidrio es pesado y se necesita una cantidad relativamente grande de material de embalaje por unidad de producto. Fundir vidrio también requiere mucha energía.

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