Plásticos recomendados para el envasado de productos cárnicos

Además de su función principal, que es conservar y proteger el contenido de posibles contaminaciones con impurezas medioambientales o impactos y contactos no deseados, el envasado de carnes y productos cárnicos en plástico presenta desafíos y consideraciones importantes, relacionadas con la calidad, la seguridad alimentaria y la reducción del desperdicio de alimentos.

En concreto, los materiales utilizados deben ser susceptibles de uso en sistemas de envasado como por ejemplo SKIN, donde se extrae todo el aire existente mediante vacío y luego se sella, o atmósfera modificada (MAP), donde se sustituye el aire dentro del envase por una atmósfera modificada inerte (Nitrógeno y CO2) que evita la proliferación de bacterias y la oxidación al carecer de oxígeno, además de evitar la salida de estos gases inertes del interior también protege de la entrada de gases externos o contaminantes, esto permite que el producto cárnico se conserve por más tiempo en condiciones visuales y organolépticas idóneas.  

Para este tipo de envasado con soporte rígido hay varios plásticos, como el polipropileno (PP) y el PET, que cumplen satisfactoriamente todos los casos mencionados, pero vamos a centrarnos en el PET que se presenta como una opción destacada por varias razones:

• Diseño flexible y transparente que permite a los fabricantes crear presentaciones atractivas para sus productos, facilitando la visualización del contenido por parte de los consumidores y mejorando la percepción de frescura y calidad.
• El PET es completamente reciclable, lo que lo convierte en una opción preferente por su aportación a la reducción de la huella de carbono, ya que puede ser reutilizado varias veces, contribuyendo a la economía circular, sin olvidar que la materia prima reciclada usada en su fabricación no paga el impuesto del gobierno 0,45 €/kg. 
• El PET es un material con unas cualidades barrera aceptables tanto a la humedad como a los gases, sin necesitar del uso de barreras extra como el EVOH, para la vida útil que estos productos necesitan, esto supone una simplificación en la complejidad de las bandejas que mejora el precio final y el reciclaje posterior de las mismas.

La elección del PET como material para el envasado de productos cárnicos no es casual; responde a un equilibrio entre la eficiencia de producción, el coste final del envase, la protección y conservación del producto, y la creciente demanda de soluciones de envasado sostenibles con cantidades cada vez mayores de reciclado en su composición. Esto lo posiciona como una opción destacada en la industria del envasado y la economía circular. Además, estos materiales reciclados usados en su fabricación responden a los requerimientos sanitarios y alimentarios más exigentes, y están recogidos y procesados por gestores de residuos acreditados y certificados por los organismos oficiales pertinentes en Europa.

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