El sector del plástico ha mostrado su rechazo a la nueva tasa de 0,45 céntimos por kilogramo que se aplicará a los envases de plástico no reutilizables por resultar “desproporcionada” y “discriminatoria”, que además supondrá debilitar la competitividad de la industria española ya que, al final, estas tasas siempre se acaban repercutiendo sobre el consumidor.
El primer paso es dejar atrás los prejuicios y admitir que el plástico se ha convertido en un material imprescindible por su versatilidad, ligereza, resistencia y seguridad. La solución no es evitar el uso del plástico sino racionalizarlo.
Un envase de plástico fabricado con materiales reutilizados consume menos recursos (energía y materias primas), lo que conlleva menores emisiones de CO2 a la atmósfera.
Reutilizable sí, desechable no
Fruto de los esfuerzos en innovación por parte del sector, los productos plásticos contienen cada vez mayores porcentajes de material reciclado. Actualmente se reciclan en Europa alrededor del 30% de los envases y el plan es desarrollar la industria europea del reciclaje con el horizonte de reciclar el 70% para 2030.
Tenemos una oportunidad por delante, incorporar los plásticos a un modelo de economía circular, reduciendo el consumo innecesario de recursos y la generación masiva de residuos irrecuperables. La clave está en darle el uso que merece a través de la reutilización y recuperar el máximo material posible al final de su vida útil, mediante el reciclaje.
Desde Biblox trabajamos mayoritariamente con envases reutilizables y materias primas recicladas. Apostamos por la recuperación, el reciclaje y la reutilización del plástico introduciendo el principio de economía circular en nuestros procesos.
Las empresas debemos ponernos manos a la obra y demostrar que la solución está en hacer un uso responsable del plástico. Centrar los esfuerzos en sistemas de reutilización, buscar el compromiso de los ciudadanos con la correcta selección de los residuos de envases. Por su parte, los gobiernos en lugar de poner tasas con fin recaudatorio que no resuelven el problema y simplemente acaban repercutiendo en el consumidor, deberían implementar sistemas eficientes de recogida de residuos y promover campañas de concienciación ciudadana.